Donostia sigue siendo la ciudad que más basura genera por persona en Gipuzkoa y, al mismo tiempo, la que menos recicla por persona. El 80% de los residuos que se depositan en la basura son reciclables y están aprovechando este drama para alimentar la incineradora.

Los datos que presentamos a continuación han sido publicados por la propia Diputación de Gipuzkoa, aunque las hacen pasar muy desapercibidamente. Sin embargo, el Movimiento Contra la Incineración creemos que los ciudadanos debemos saber cuál es la situación y poner fuerza en separar mejor los residuos, en construir un mundo mejor.

Esa es una de las consecuencias que nos ha puesto de manifiesto esta crisis del coronavirus. No podemos seguir contaminando el planeta como hasta ahora, más cuando ya hay evidencias cientificas que demuestran que el virus es más letal en zonas más contaminadas. No podemos obviar que las autoridades están incrementando la crisis climática.

Para empezar, queremos dar a conocer algunos datos que corresponden a Gipuzkoa.

En Gipuzkoa el año pasado se recogieron 138.000 toneladas de residuos como rechazo, de las cuales 110.000 toneladas eran reciclables, casi el 80%. Por lo tanto, la cantidad real de rechazo fue de 28.000 Tn, sólo el 20% del total recogido. Cualquiera que separe bien los residuos en su casa sabe bien qué pequeña es la cantidad de rechazo que se produce, siendo el orgánico y el plástico lo que más se genera.

En Donostia, el 80% de lo que va en las bolsas de rechazo es reciclable. Eso es un drama inaceptable. Es realmente denunciable la irresponsabilidad de las autoridades. Hay que poner fuerzas en concienciar, formar, orientar a los ciudadanos para que en casa se separen mejor los residuos y reciclemos mucho más.

Además, el orgánico o el biorresiduo revela la crudeza del resultado. Este es el residuo que más generamos los ciudadanos y es el más importante que se recoja por separado, debido a su cantidad y a que su mezcla dificulta enormemente la separación de otras fracciones de residuos.

63.000 toneladas de orgánico producidos en Gipuzkoa (53% del total) se fueron a la basura mezcladas como rechazo, y se recogió separadamente menos de la mitad, el 47% para ser exactos.

El orgánico, el papel-cartón, los envases ligeros y el vidrio. En todos los sistemas de recogida selectiva, teniendo en cuenta las cuatro fracciones reciclables más importantes, se recogieron mezcladas en el rechazo 94.480 toneladas de orgánico, papel, envases ligeros y vidrio. Como si se tratara de rechazo se fueron a la basura 94.480 toneladas de material reciclable el año pasado en Gipuzkoa, 127,50 kilos por habitante.

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Hoy hemos venido aquí, ante el Ayuntamiento de Donostia del alcalde Eneko Goia, porque queremos denunciar que San Sebastián sigue, generando la mayor cantidad de basura por persona y es el sitio que menos recicla por persona en Gipuzkoa. Ver-gon-zo-so. Donde y en la ciudad que dice estar en contra del cambio climático y acaba de construir una incineradora para que unos pocos hagan su negocio. No hay que ser muy inteligente para entender por qué las autoridades no se esfuerzan en que los ciudadanos separen mejor sus residuos.

En Donostia se recogió selectivamente el 42% del total de los residuos. Es muy poco comparado con otros pueblos del entorno o del mundo. Al mismo tiempo, se recogieron en los contenedores del rechazo 288 kilos de residuos por persona, cuando la media de Gipuzkoa es de poco más de la mitad, 186 kilos.

Casi la mitad del rechazo generado en Gipuzkoa se creó en esta ciudad que supone una cuarta parte de la población.

Y lo más grave es que la mayor parte eran residuos orgánicos, ya que existe libre acceso a los contenedores grises mezclados en la hermosa ciudad de San Sebastián, convirtiendo el residuo orgánico compostable en basura.

En San Sebastián, ciudad que también ha dejado de proporcionar bolsasa para el orgánico en época de pandemia, la cantidad del orgánico recogido por separado fue una frivolidad: 31 kilos por persona. La media en la provincia es más que el doble, 77 kilos.

Esto significa que en San Sebastián de Eneko Goia se están depositando más de 100 kilos de orgánico el contenedor del rechazo por habitante y al año. Repetimos: una media de 100 kilos de orgánico por persona al contenedor del rechazo. Teniendo en cuenta que algunos separan bien su orgánico, calculen lo que otros están haciendo. Otro dato: en los últimos cinco años (2015-2019), la cantidad de residuos orgánicos recogidos en Gipuzkoa ha aumentado un 40%, mientras que en Donostia sólo ha aumentado un mísero 6%. Y aquí es donde se celebran los pomposos actos contra el cambio climático.

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Fijémonos en los resultados de las mancomunidades de Gipuzkoa. Se ve la foto de la Gipuzkoa de dos velocidades: San Marcos, Txingudi y Debabarrena, donde más gente vive, recogen un 50% selectivamente. Por citar algunas de las ciudades y pueblos: Donostia, Irun, Hondarribia Errenteria, Pasaia, Lasarte-Oria, Eibar… Estas mancomunidades funcionan en el 50% de la recogida selectiva.

La otra cara de la moneda nos ofrecen las mancomunidades de Debagoiena, Sasieta, Tolosaldea, Urola Kosta y Urola Erdia, donde la recogida selectiva de residuos es 70% o superior.

Si nos fijamos en la cantidad de rechazo que genera cada ciudadano, en Debagoiena se generan 86 kilos por persona al año y en San Marcos 232 kilos por persona. San Sebastián aquí es un triste campeón.

En la legislatura 2015-2019 no todos los municipios han actuado de la misma manera en la gestión de los residuos urbanos. A excepción de Orereta, las poblaciones más importantes no se han movido, es decir, han mantenido el mismo sistema de recogida y se han limitado a blanquear su cara con algunas campañas sencillas. Por supuesto, estos municipios no han mejorado el sistema de recogida selectiva. Entre ellos se encuentran Donostia, Irun, Hondarribia y Lasarte-Oria. En otras ocasiones, el cambio de partido político en el gobierno ha llevado a la eliminación de los sistemas de recogida selectiva puerta a puerta y a su vuelta a los contenedores. Astigarraga, Pasaia y Lezo están en este grupo, y en todos ellos se está haciendo atrás, cada vez se recoge menos selectivamente y cada vez están generando más rechazo. En los municipios que conforman el tercer grupo significativo, por el contrario, han dejado el sistema de recogida selectiva voluntaria por contenedor para pasar al sistema general por contenedor, aplicando el chip a los contenedores orgánicos y de rechazo. Entre ellos se encuentran: Orereta, Eibar, Zarautz, Azpeitia, Andoain, Beasain, Zumarraga, Urretxu, Urnieta y Mutriku. En estos casos se han mejorado los resultados.

En aras de la transparencia y la economía circular, es necesario que anualmente, junto con los números de los resultados de la recogida, se realice una caracterización del residuo rechazo y se publique su resultado. Ahí podremos ver la evolución de la calidad.

Y por supuesto, no a la incineradora. Porque es un negocio privado tóxico, porque hay mil y una razones para estar en contra, entre ellas, que los partidos incineradores nunca impulsarán seriamente el reciclaje, porque se ve que son marionetas de empresas multinacionales y la incineradora siempre necesitará comer.

Nosotros lo tenemos claro: no a la incineradora. Eneko Goia, Markel Olano, Jose Ignacio Asensio, sois unos cínicos irresponsables.

PD: Nos adherimos a las movilizaciones convocadas por Gure Esku para el domingo y animamos a la ciudadanía a participar en ellas con mensajes contra la incineradora.